Como dice una amiga doctora, el enamoramiento, es un cóctel químico. Durante años la única manera que he tenido de enfrentarme a ese cóctel era utilizar todas mis fuerzas para continuar respirando. Porque a la certeza de tu toxicidad imprescindible para mi organismo, sólo podía contraponer el instinto de supervivencia, y en ocasiones ni eso.
Puto cansancio acumulado.
Recuerdo aquella frase, creo que de Shakespeare, que ya no sé dónde escuché
"El esfuerzo inútil conduce a la melancolía".
Melancolía, en verdad no hubo mucha,
pero si tanto cansancio que después de ti no quise a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario