Ha llegado el verano,
y BAJA, como bajan
los villanos
de sus áticos
de incógnito,
de muchimillonarios,
a hacer el mal,
sobre la ciudad,
los bancos y los campos,
sobre cuerpos indefensos
-los nuestros-
contra los que percuten,
a plomo -geométricamente verticales-
sobre la cabeza
-como puñetazos de Bud Spencer-
y los muy pobres cuerpos, desprotegidos,
que sólo saben protegerse,
sin poder, de este calor,
que por robar, nos roba hasta el aire,
inspirar y expirar,
la vida.
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